Regla Número Uno... (2)

Y otra vez empecé a buscar experiencias de puti chicas que fueran más o menos reales, en mi búsqueda me encontré con Once Minutos de Paulo Coelho, si ya se, muchos van a decir que como leo eso, que Paulo es lo peor de la literatura moderna, en fin, a mi me parecen buenas algunas de sus obras y Once Minutos me encantó, hasta la tercera parte donde se convierte en una estúpida novela rosa con final feliz, en donde el amor es el triunfador, la vida es bella, bla, bla, bla (soy grinch) ok, ya se porque no quieren a Paulo Coelho…jajaja… en fin, el chiste es que en este libro la protagonista cuando va a pedir trabajo a un burdel habla con una mujer que trabaja ahí y le da las reglas de oro del putiservicio:
“Es muy simple tienes que obedecer tres reglas: La primera no te enamores con quien trabajas o haces el amor. La segunda no creas en las promesas y cobra por adelantado. La tercera No tomes drogas”

Y obviamente la protagonista las cumple al pie de la letra hasta que se topa con su príncipe montado en un corcel blanco y se enamora. Mientras tanto en la vida real, yo, sabiéndolas antes de comenzar a rentar ratos de placer, en algún momento de esta aventura las pasé por alto. No. 1 Me enamoré de personas nefastas con quien hice el amor o trabajé. No. 2 Creí en falsa promesas y a veces no cobré por adelantado. No. 3 He consumido drogas por curiosidad, pero al menos no me convertí en drogadicta ni nada por el estilo. Lo que si tengo son otras adicciones menos dañinas, pero al fin y al cabo adicciones como al café,  la coca cola,  la comida chatarra,  los zapatos y por supuesto al amor, preciso estar enamorada, aunque no me correspondan, si no la vida no me sabe. Soy humana, sumamente humana y como tal cometo errores, si fuera perfecta no seria de este mundo y la verdad es que estoy muy orgullosa de ser terrícola y tener alma.


Al llegar a un puticlub me paso lo mismo que a María de Once Minutos, una compañera con sobrada experiencia al verme toda asustada y vulnerable me dio unos consejos, muy a su manera me dijo:
No te enamores, No le creas a ninguno de estos cabrones y menos si ya saben que eres puta. Ve esto como trabajo, un trabajo en el que te puedes divertir mucho, aburrirte mucho y arriesgarte mucho, porque si no lo ves así acabaras sufriéndolo, amargada,  odiando y culpando a todo mundo de tu “desgracia”. Si hay algún mal rato con un cliente, es trabajo y como en cualquier trabajo habrá esos momentos. Sus palabras aún no se me olvida, su nombre sí… Tengo problemas con los nombres…
Al menos su último consejo sí debía seguirlo, ver la puti profesión como chamba, porque si lo veía del lado de la diversión, el placer y de que me gusta iba a acabar dándolas de a gratis y muriendo de hambre, pues hay muchos clientes que se la rifan en esto de las artes de amatorias, además de guapotes, buenotes, inteligentes, interesantes, etc., etc., ya no digo más porque me acuerdo y me enamoro.

Al adentrarme  en este cuento en el que estoy viviendo ahora, me fui topando con sapitos que querían que los besara, a algunos les di los besos y las nalgas, tenia la leve esperanza de que se convirtieran en príncipes y supieran apreciar mi culito, pero ni maíz paloma, en la mayoría de los casos resultaron más inmaduros y prostitutos que yo y mi culo para ellos valía madres. Y los sapitos se quedaron siendo sapos de agua puerca y yo fui la desencantada: de princesa pase a ser bruja.  Con la cabeza más fría y otras partes de mi anatomía, decidí que no más, ya había sido suficiente que me vieran la cara, si bien es cierto que me enamoré porque fueron lindos y me la pase bien con ellos, a la larga me fui dando cuenta que no merecía malos tratos porque yo también me porte bien con ellos. Sí, soy prostituta, y mis razones tengo para dedicarme a esto, pero también soy ser humano, una mujer que siente que tiene corazón y que puede amar y sabe perfectamente que el amor no es aprovecharse de otros. Soy puta pero no pendeja. Y conforme avanzo me doy cuenta que mientras este en este negocio las cosas así van a ser. Llevar una relación con estas circunstancias donde la chica comparte más que sonrisas con otros hombres en su trabajo, es muy difícil de llevar, se necesita mucha madurez de amabas partes y en la mayor parte de los casos de éxito es porque el interés tiene pies. Como una colega dijo por ahí, una aprende a no dejar todo por nadie.

Se acabaron las fantasías rosas, las telenovelas, las comedias románticas ahora leo libros y veo pelis   de terror, suspenso y acción ya nada de amor. Por ahora estaré dedicada a mi. Voy a ponerle un poquito de orden a mi desorganizada vida. Voy a tratar de olvidar a alguien con quien nunca tendré nada más que acostones de ocasión, eso sí, muy ricos, pero me salté las reglas otra vez  y por enésima ocasión estoy sufriendo las consecuencias, ahora estoy convencida de que quien se me acerca con intenciones amorosas y sabe a lo que me dedico hará su lucha para sacar de a gratis lo que vendo, ¿creen que soy fácil? Sí, demasiado, tan fácil como pagar lo que cobro por tenerme muy caliente y dispuesta en la cama y tan difícil como no tener el dinero y no tenerme. Por el momento no quiero ser tratada como objeto sexual sin paga, por quien se supone siente algo por mí. Algún día dejare de ser sexoservidora y espero encontrar a alguien que valga la pena . No cierro las puertas al amor, porque como dijo mi abuela siempre hay un roto para un descocido, pero por el momento ando muy descocida y tengo que remendarme... jajaja...  La burra no era arisca la hicieron…

Mil y un besos. 

Perras mamadas

Hace tiempo un chico gordito y bonito (como me gustan) me contrató, nos vimos en el hotel Amazonas y ¡uf! creo aquella vez me tarde en llega...