Es raro que alguien me pida algo diferente al sexo convencional
o a lo que se ve en las pelis porno, todo mundo quiere hacer una, llevarla a la
realidad y ser el protagonista de una fantasía fílmica pero no sé si se han
fijado que en esas películas nadie habla, solo gimen, jadean, gritan, se quejan
y una o dos frases son repetidas constantemente, oh my good y dame duro. Soy
mujer de pocas palabras cuando estoy enfrascada en una lucha cuerpo a cuerpo,
gimoteo, jadeo, hago soniditos raros cuando me tienen ensartada y pocas veces
grito, como ya lo he dicho antes, eso de fingir no se me da, si no lo siento no
me sale, si mi pareja (ósea con quien estoy teniendo sexo) se pone a hablar me
desconcentro, si hay alguna cosa que me distraiga se acaba para mí el encanto,
poner música sexy es lo más que puedo aguantar de ruido mientras hago el amor, a parte de los soniditos de alguien que disfruta conmigo. Y
ni que decir, si yo hablo no entro en mi trance para alcanzar la petite mort,
así que la música de los gemidos es la única que me excita para llegar al
orgasmo. ¿Qué porque todo el choro anterior? Porque no es muy común que alguien
me pida que lo insulte mientras tenemos sexo.
-¡Quédate
ahí, ve como me desvisto y háblame sucio!-
¡Ups! Me había lavado la boquita y me
había chupado unos caramelos (sin albur), de mis lindos labios solo podrían
salir palabras limpias y muy dulces, pero ni modo a darle… Así que mientras se encueraba su miembro
reaccionaba con frases como: que guapo
estas, que bueno te ves, que sexy eres, yo como lora huasteca hable y hable sin parar
y tratando de que mi cabeza no parara de hilar enunciados de alabanza cachondería
e insultos, muchos insultos. Cuando su pene estuvo en todo su esplendor me ordenó que me acercara y
le hablara al oído, pero ahora diciéndole lo cachonda que estaba… jajaja… ni
siquiera dejaba que me agarrara mi cosita como iba a estar cachonda, eso sí estaba mega divertida, pero se
trataba de decirlo no sentirlo, así que mientras él se daba cariño, porque
no quería que le tocara ni un pelo, mi monologo estuvo así :
-Papito que cachonda me pones, Mira como
estoy de mojada, así amor, dámelo todo, mi vida que lindos ojos tienes debajo
de esas dos cejas- jajajajaja…
Y ya casi me meaba de la risa, no me contuve, el seguía en su faena, me vio
con cara de te voy a matar si te sigues riendo y nos sigues hablando, me calmé y seguí subiendo de tono la habladera en su oído:
-¿ mi amor estas muy
enfermito?-
-Siiiii dime más, dime más, dime groserías nena, soy tu enfermito
cachondo ¿verdad?-
-Si mi amor te voy a curar, eres un cabrón, un sucio, un
puerco, un animal, lo tienes bien grande, que verga tan dura-
En una de esas me
atreví a tocarlo y me aparto la mano enseguida, se levantó de la cama mientras
se volvía a poner su mini bóxer, se lo metió entre sus escasas nalguitas como
si fuese una tanga y me dijo:
-Dime puto-
Y yo -¿queeeeeeee?-
- Si dime
cachorrito puto- Ok, al cliente lo que pida:
- Puto, puto, puto- y caminaba y
se hacía calzón chino jajajaja…
-Cachorrito putito- jajajajaja…
Yo ya no
aguantaba la risa, era hilarante la verborrea que traíamos y sus ademanes bien pinche graciosos, entre
más groserías le decía más hot se ponía el hombre, así que en una de esas le
dije:
-Pinche puto pendejo- Eso lo excito al extremo, me puso boca arriba me abrió mi batita de enfermera
setsi se pajeo más duro, explotó sobre mis pechos y yo también exploté pero a
carcajadas, no paraba de reír, cuando acabo de vaciarse con las piernitas
temblorosas cayó a mi lado, también comenzó a reír y me dijo:
-Tal vez te
parezca raro pero me excita muchísimo que me digan pendejada y media, no es lo
normal pero a mí me satisface enormemente hacerlo así-
-Ok cada quien sus
gustos, y en el sexo la única limitación es si dañas a alguien, el único
inconveniente que le veo a tu parafilia es no tener quien te diga de cosas
cuando tienes ganas-
- Sí, ese es el inconveniente, pero ya te encontré, eres
perfecta para mí, eres bien malhablada y espero que para la siguiente vez ya no
te rías y aprendas más groserías-
En
fin, fui a quitarme el engrudo de las tetas y bañaditos ya sin tanta alharaca
nos aventamos una fogosa sesión de setso en donde ya no emitimos palabra alguna, solo se oían nuestros jadeos y gemidos.
Una semana después me vuelve a hablar:
- Dime algo cachondo, anda por
favor aquí por el teléfono-
- No mi amor, se me acaba el negocio si te caliento por cel…
jajaja-
Así que no accedí a su petición porque si le decía que me salió más cabrón que bonito, de seguro se venía pero a kilómetros de mí, él quedaría con su sonrisota, y yo ni siquiera como el chinito, nada más con la palabra en la boca…jajaja…
Mil y un besos.