Cuando hay quien me quite las ganas soy muy aprovechada y
cuando se me presenta alguien que está dispuesto a satisfacerme para satisfacerse,
ahí es donde se dan ratos y hasta horas muy placenteras. No es muy normal que
alguien quiera darme placer para así conseguir el suyo, aunque es la fantasía de
muchos es el logro de pocos.
Tengo un cliente que me contrata cuando tengo ganas. No, yo
no le digo, márcame que ando hot, no, el solo le atina a esos momentos de efervescencia
en mi entrepierna. Hace poco la pasamos muy rico, nos dimos calaverita mutuamente
y otra vez le atinó y aún más acertado descubrió esa parte súper sensible que me encanta que besen
y chupen y… ¡auch! no es clítoris. No diré que parte es para que alguien más lo
descubra y me haga gritar de gozo como lo hizo mi clientecito. Lo se soy
malvadilla pero en el jugueteo está la clave y la llave a mi encharcamiento
total.
Y bueno, que entre tráfico, problemas técnicos con mi Internet
y Uber llegué un poquito tarde a la cita,
había atendido ya a otro clientecito que me dejo algo horny, pues ya no nos dio
tiempo de seguir dándole vuelo a la hilacha, pero bueno, cuando logré por fin conseguir
taxi me relajé y pensé: en un ratito me desquito.
Al llegar me preguntó cómo lo compensaría, yo ya sabía cómo
lo haría, me tumbé junto a él en la cama nos besamos y acariciamos, empezamos
con el calentamiento que nos calentó demasiado, fui bajando mi boca hasta
llegar a su pene durísimo, erecto y grande lo recorrí con mi lengua y lo empecé
a ensalivar para que mis labios resbalaran mejor, lo succioné con mucho ahínco,
lo metí hasta mi garganta, di una arcada, aguanté, respiré hondo, se paso, seguí succionando y unas lagrimitas resbalaron
por mis mejillas, el maquillaje se me corrió, el moquillo se me aflojó, pero valió
la pena el re-estreno de mi garganta profunda, seguí lamiendo pero me detuvo -Espera,
no quiero terminar tan rápido- me dijo, así que lo enfundé con el condón y lo monté,
sentí que nos acoplábamos perfecto yo ya estaba mojadísima por sus toqueteos así
que la cosa se puso sabrosa, mi mente voló, él puso su boca en mis bubis nuestros
movimientos eran frenéticos, casi desesperados queriendo llegar al soñado paraíso
del placer y aunque son solo segundos uno siente la gloria. Tuve un orgasmo
deli, deli, él ya había acabado y no me di cuenta, yo seguí buscando mi segundo
orgasmo sin desmontarlo, sin despegarnos y moviéndonos rico lo conseguí, no
relajamos nos dimos unos besitos y me dijo -Ahora sí me violaste- pero si ya
sabe cómo soy… jajaja… Su erección no mermó, así que pues no avisó, solo le dije
avísame, porque no me avisas… jajaja… Además lo estaba compensando.
Platicamos un poco para ponernos al día y descansar de tan
tremenda faena, las cosas se fueron calentando de nuevo, comenzamos con los
besos y apapachos y ya no hablamos más, nuestras bocas se ocuparon en cosas más
ricas e interesantes. Él se prendió de mis tetas y yo me prendí toda.
Le acariciaba el cabello, mientras el hacia una ardua labor con
mis senos y yo sentía como mi humedad escurría entre mis piernas, me toqueteé y
mis fantasías hicieron su aparición para aderezar aquella memorable sesión
sexual.
Probamos varias posiciones, pero al final sin dejar de besarme
las tetas, buscó mi húmeda entrada y me ensarto, sentí como aquel falo me
llenaba; con el encima, mis gemidos seguramente se oían por todo el hotel, le
acariciaba la espalda, pero cuando llegue al clímax, le clave las pocas uñas
que tengo (por eso no uso postizas… jajaja…) creo que ni las sintió, pero yo si
sentí sus latiditos de descarga. ¡Uf! terminamos como fideos, todos aguados
jajaja…
Y así acabamos nuestra sesión de sexo salvaje totalmente
relajados, él tenía que manejar, dijo que pondría música a todo volumen para
no dormirse, yo tomé mi Uber y fui cabeceando todo el camino. Esa noche dormí
como nunca.
Y así son las cosas cuando alguien me agarra con ganas. Como
ya dije, este muchacho sí que le atina a esos
momentos en que la calentura me trae rodando. Hoy ya nos estamos poniendo de
acuerdo para la próxima cita que seguramente será un revolcón de antología, puesto
que ando muy ganosona, ya les contaré...jaja…
Mil y un besos.