Había oído de ese maravilloso
cliente guapo, joven, espléndido y buen amante, ese que a todas en nuestra vida
de putería nos toca… y a mí ya me tocó y
me cogió.
La verdad yo realmente dudaba que
existiera, creía era una leyenda urbana, un mito, una fantasía que se quedaría
en fantasía como muchas otras que tengo, no digo que no me han tocado clientes
espléndidos, jóvenes, buenos amantes, guapos, detallistas de todo un poco, pero la verdad, siendo bien
sincera no me había tocado el paquete completo, tal vez la suerte no había
estado a mi favor.
Un día más en la gran ciudad, me
levanto de la cama dando tumbos con los ojos medios abiertos, llego a la
regadera y con el agua tibia recorriendo mi cuerpo acabo de abrirlos por
completo. Ya despierta y como nueva comienzo a recibir llamadas y a llenar la
agenda. Un chico hace cita para las cinco treinta, pregunta si me queda bien el
hotel Bonn le contesto que me queda perfecto. Era temprano así que tenía tiempo
para ponerme mona y hacer otras cosas pero en lo que me ponía más bella de lo
que soy y comía se hicieron las tres treinta, sonó el cel. Y el chico me dice
que ya está camino al hotel ¡Ups! Se adelantó,
en fin, no había problema ya estaba,
bañada, peinada, comida, ya nada más faltaba
la cogida. Llego al hotel, toco a la habitación y ¡Oh my good! Un chico muy
bien parecido abre la puerta, ya casi le preguntaba ¿Dónde está el cliente?
Jajaja… disculpen la emoción clientes
hermosos, pero sí, estaba guaperrimo, traté de guardar compostura y no abalanzarme
sobre él para comérmelo a besos, tras una breve plática introductoria a la práctica
cogitoria, me suelta: -Las fotos se quedan cortas, eres más bonita en persona-
¡Uuuuuyyyy!!! No más porque no traía rebozo sino lo muerdo… jijijiji … y miren
que yo no me río así, yo me rio jajajaja y en ese momento solté ese risita
pendeja.
Hice mi ritual de limpieza, mientras el me
esperaba en la cama medio me encueré y
ahora sí me le fui encima como si nunca
hubiera cogido, me correspondió con besos deliciosos olía taaaaan rico ¡hombre
perfecto! Él seguía vestido, comencé a quitarle
la ropa, sin tela de por medio le
acaricié el pene de tamaño y dureza perfectos, como para la hija menor de mi mamá, ósea se
yo, desabrochó mi bra y su boca fue
directo a mis pezones, no me contuve gemí, jadee y mis dedos se hundieron en su
pelo, mientras los suyos entre mis piernas ¡Uf! ¡Uf y recontra uf! Claro que se dio
cuenta que se dio cuenta que no necesité mucha motivación para estar bien ultra
requete empapada, con besos recorrí su torso hasta llegar a su pene erecto y
de-li-cio-so. Sí, tengo una fijación oral súper cañona, todo quiero meterme a
la boca y en esta ocasión no perdí oportunidad para darle rienda suelta a mi lengua
recorriendo ese miembro delicioso, disculpen por repetir tanto delicioso, pero
todo estaba rebueno, estoy emocionada. Mientras mis labios se mantenían
ocupados, sus manos estaban sobre mi clítoris,
me vine y siempre después de que eso pasa me convierto en el monstruo
come penes ¡Quiero verga ¡ ¡Quiero verga! y ¡Quiero verga! Con voz entrecortada
y agitada le pregunté: -¿Me la metes? - No sé si contestó, lo enfundé, me
ensarté y lo cabalgué despacio pues no quería que el muchachón acabara, en mi
pensamiento malévolo y egoísta quería tener más orgasmos, no aguanté mis
caderas adquirieron vida propia nos movimos al mismo compás, sin separarnos
seguimos de misionero, aquello era la gloria y la locura – ¿Te gusta? - me pregunta -Me encanta,
siente como me tienes- le contesto.
Lo veía tratando de guardar en mi
memoria su cara de éxtasis y otra vez me puse sobre él, ya no sabía si me movía o no estaba en
otro mundo orgasmo tras orgasmo, hasta que me saco del trance orgásmico al
decirme que iba a acabar, era justo ya lo había usado demasiado para mi placer.
Así que con embestidas más potentes y un fuerte gemido terminó la primera ronda
sentí los latidos de su descarga y con la esperanza de que no se bajara, con
los labios de arriba lo besé y con los de abajo le exprimí hasta la última
gota. Sudada, despeinada y mi pussy escurriendo me levanté de la cama, fui a
darme una ducha.
En el intermedio platicamos de varias cositas
interesantes. Corte a… la segunda ronda no se quedó nada corta, solo que fueron
menos orgasmos que la primera ¡Soy una golosa! Siempre quiero más y más. Obvio
que el chico por más bello, joven y buen amante, no era superman. Lástima que
terminó, fue más de una hora, nos bañamos nos pusimos monos y me pago, ya ni
quería cobrarle pero negocios son negocios, así que vénganos tu reino, el
placer recibido era parte de mi chamba… jajaja.
En fin con este servicio y este
chico comprobé que algunos mitos son verdad. La leyenda urbana del cliente
galán todo en uno si existe y ya lo comprobé, aprobé y probé… jaja…
Mil y un besos.