He leído muchas veces que algunas o la gran mayoría de las
personas, nos pintan a las escorts o sexo servidoras, como grandes villanas,
ninfómanas que satisfacen sus deseos ganando millones de pesos, seres sin alma
que lucramos con el corazón y sentimientos de los desprotegidos, débiles y
desvalidos caballeros (pobrecitos) jajaja… Pero la realidad es otra, viéndolo
desde un punto de vista neutral o desde el mío que soy la puta desalmada.
Si bien es cierto hay de todo en la viña del señor, la
mayoría de las prostitutas no dejamos de sentir, de soñar, de crecer, de ser
seres humanos pensantes, que muchas veces callamos y aguantamos más que una
chica “decente”. Algunas tenemos una doble vida, pues no se puede andar por el
mundo diciendo que uno se dedica al oficio si no el más antiguo, sí el más
morboso del mundo y otras como yo, que nos volvemos un poquito descaradas al
mostrar el rostro y contar un trozo de nuestras vidas en hojas en blanco que
llenamos con aventuras y experiencias, unas buenas otras no tanto. Pero al
final del día todas somos mujeres, madres, estudiantes, jóvenes, maduras,
sencillas, glamorosas, tiernas o muy apasionadas, trantando de ganarnos el pan de cada día con el sudor de nuestras nalguitas y todo nuestro cuerpecito.
Tal vez el carácter
cambie un poco o un mucho, tal vez una se vuelva audaz, desconfiada o hasta
dura, pero así es en todos los trabajos, y más en este en el que a veces el
temperamento, trato y fantasías de algunos van más allá de cuestiones lógicas,
en este en el que se convive con tantos hombres, que tratan de satisfacer un
instinto básico, en este en el que a veces llegamos a lo animal, así que es
lógico que una tenga que tomar precauciones cuando se esta en desigualdad de
fuerza. Como dicen “La burra no era arisca la hicieron”. Pero una mujer (o
cualquier persona) en realidad no cambia
su esencia, ni se vuelve un ser vil, interesado y rencoroso por vender su cuerpo,
pues quien ya es cabrón e hijo de su… lo trae de nacimiento y esos personajes
buscan la manera de fregar a quien se les ponga en frente, aunque de dediquen
al trabajo más decente, pulcro, abstemio y santo. Y díganme si no, ahí tienen al
puto Padre Maciel Marcial Degollado, ya famoso por se un mendigo pederasta
violador y eso que era sacerdote, católico, apostólico y romano… en fin.
Quienes no nos andamos con malos rollos, dejamos claros
todos los aspectos y nos dedicamos a trabajar y dar lo mejor. Las escorts no
somos brujas crueles, solo nos dedicamos a vender nuestra belleza y ratos de
placer. Y debe ser comprensible que separemos emociones y sentimientos, aunque
nuestro cuerpo responda a palabras y caricias.
Así que niños, cuentas claras amistades largas, esto para
nosotras es nuestro modus vivendi y la mayoría estamos ofreciendo nuestros
servicios por necesidad o por salir adelante con mejores ingresos, no ofrecemos
amor, sino ratos de placer y diversión por un “módico” precio… jejeje...
No tengan miedo, en cuestión de fuerza, ustedes ganan. Y el
que paga manda.
“¿Miedo de que? En verdad, soy yo la que debería estar
temblando, soy yo la que salgo, voy a un lugar extraño, no tengo fuerza física,
no llevo armas.”
Y digo yo miedo ¿de que? ¿De no responder en el acto? No se
preocupen haremos todo lo que este a nuestro alcance para que eso no suceda, ¿De
ser descubierto? Eso aumenta la adrenalina y por consiguiente la excitación y
el placer ¿no? ¿Miedo de ser engañados? Hay cientos de chicas reales con excelentes
servicios, solo es cuestión de estar atentos. ¿Miedo de que nos los vayamos a
comer? Sí, eso sí, nos lo vamos a comer, pero a besos y no les arrancaremos más
que las ganas… jajaja…
No somos súcubos despiadados con poderes extra normales.
Simplemente chicas súper ponedoras, buenísima onda, que quieren salir
adelante, usando lo que Dios nos dio… como me acaba de decir un cliente, ni
modo, desgraciadamente la naturaleza
llama, el macho fue diseñado para
proveer y la hembra para recompensarlo y satisfacerlo.
Ahora ya saben, digo esto por mi experiencia, que aunque no
es mucha, no se debe generalizar, si se quieren enamorar de una escort es bajo
su propio riesgo, el cual puede ser correspondido. Pero si no, no vengan a
hacerse las víctimas, como yo, que lo voy hacer en mi siguiente post… jajaja…
porque me enamoré, corrí el riesgo, no perdí nada, pero ¡ah! como sufre una, cuando el corazón le gana a la razón. Además de saber de que nunca se podrá
tener una relación con alguien “normal” porque una es considerada una bruja,
ninfómana, interesada, sin haberse dado
el tiempo de conocerse y juzgar antes de tiempo. Pero bueno son cosas de la vida…
Gracias por leerme y pórtense bien. Si se portan mal,
inviten.
Mil y un besos.