El graduado.



Siempre hay una primera vez para todo y para todos. De algunas no nos acordamos, obvio, no recordamos la primera vez que berreamos, con la nalgada que nos dio el doctor, aunque yo siendo tan puta si me acuerdo y hasta le dije: “más duro papi”… jajaja… ok no,  la primera vez que reímos, que gritamos, comimos, lloramos o hicimos berrinche, pero de otras primeras experiencias si nos acordaremos toda nuestra vida, como la primera vez que tuvimos se-xooo.

Recordamos esa primera vez con nostalgia, risa o tal vez desencanto, porque a lo mejor  esperábamos fuera como en las novelas o las comedias románticas, de esas en las que todo es color de rosa, placer y diversión. Pero díganme si no, casi todos lo hicimos a la brava,  y es que en estos tiempos ser virgen es como ser un  Carcharodontosaurus , raro, raro, ser virgen cuando se tienen más de veinte es como tener una enfermedad hilarante, se la cuentas a alguien y se muere de la risa, sí, somos crueles y más con un hombre virgencito, para una mujer, no es tan traumático muchas cuidamos tanto de ella que se convierte en nuestro sello de garantía, muchos y muchas piensan que si no la tenemos somos seres sin valor a pesar de estar en estos tiempos de tanta modernidad y apertura. Sí, lo confieso yo era de esas, la cuide un chorro y alguien pago muy caro por ella… jajaja… soy mala, pero él tuvo su gusto y además me dolió… Pero en fin, esa es otra historia. Para un hombre no creo que sea dolorosa, pero tratan de deshacerse de ella con tal desesperación que su primera vez también termina en frustración. Los que saben esperar, los que con paciencia se dan el lujo de escoger con quien quieren desquintarse , se dan el gusto  de disfrutar ese momento que para la mayoría resulta decepcionante y hasta traumático. 



El me escogió a mí para su debut, aprendizaje y graduación. Y ya nos tocaba a los dos, a él perder su virginidad y a mi echarme un quintito. Digo ya era justo, tan jóvenes y bellos, para él era su momento de perder y para mi el momento de ganar mucha más experiencia, era mi turno de ser la maestra de tantas en las que he sido la aprendiz.  Pienso que siempre es mejor  que esa primera vez sea con alguien que tiene ya mundo y camino recorrido, con alguien al quien le tengas confianza, creo que siempre para un hombre perder su virginidad con una escort experimentada será mejor, puesto que ella entenderá bien la situación y él podrá decirle sin tanto titubeo que es lo que quiere. Ya que con una noviecita puede que este igual de inexperta y acabe llorando y  reclamando o que este súper calificada que termine violándolo… jajaja…Ojala hubiera también escorts hombres experimentados y con paciencia... pero en fin… 

Me contrató para toda la noche, quería que fuera sin prisas. Fui hasta su ciudad (aquí cerquita no me desencamine tanto… jeje…) llegué enfundada en los jeans mas entallados que tenia en el closet , un top sexy y mi cabello al viento totalmente planchado. Vi al chico de la descripción acordada, de pie con los ojos fijos en un libro abierto,  mientras me esperaba, antes de acercarme fui a una banquita a retocarme el maquillaje y calmar un poco los nervios, siempre me pasa, cada que atiendo un cliente nuevo mi adrenalina se alborota y un montón de preguntas asaltan mi mente ¿Le gustaré? ¿Le gustará lo que le haga? ¿Se dejará llevar? ¿Me dará placer? Pero solo viéndolo y cogiéndomelo se calman. Me dirigí hacia él, le hablé lo más relajada que pude, cerró su libro y nos presentamos, le di un beso, nos tomamos de la mano y caminamos hacia su coche. 

Nos dirigimos a un hotel five stars, empezamos a romper el hielo, yo contándole una que otra anécdota, y él escuchando mis mensadas, al cabo de unos minutos me arrojó la noticia: Conmigo iba a ser su primera vez, sí así, su primera vez de todo a todo, en cuanto me lo dijo me puse helada y los nervios me volvieron de nuevo ¿Cómo que iba a echarme un virgencito? ¿Cómo le haría para que no le doliera? Jajaja… o mejor aún ¿Cómo le haría para que disfrutara al por mayor su primera experiencia?  Fácil, simplemente haciendo lo que se hacer y preguntándole que era lo que más se le antojaba. 
Llegamos a la habitación, para relajarnos, platicamos trivialidades y tomamos unos tragos. Me dijo que fuera su maestra, que le enseñara a hacer el amor, que estaba más que dispuesto a aprender todas la lecciones cachondas que le iba a impartir. Estas palabras me calentaron, así que me dispuse a darle sus clasecitas y a enseñarle todo lo que podía… 

Acerqué mis labios a los suyos tímidamente me beso, pero el faje se fue intensificando, sus manos iba abriéndose paso por mi cuerpo, bajaron hasta mis nalgas y me atrajo a su sexo, advertí el buen tamaño de su miembro alterado pegado a mi pelvis… Nos estorbó la ropa (como dijo la canción) y al ver su falo erecto, no me resistí y lo devoré por unos cuantos minutos pues a él ya le andaba por meterlo en otra parte más interesante, me recosté me dio un beso intenso, abrí las piernas y lo recibí gustosa, me penetró y los gemidos y jadeos no se hicieron esperar, mientras nuestras caderas  se mecían con tal frenesí  que llegó el éxtasis, se descargo, ni tan rápido, ni tan largo al tiempo justo para que los disfrutáramos el primer encuentro como es debido. No hubo mucho lapso de descanso fuimos a darnos un baño ¡pero que baño!  en lugar de refrescarnos nos calentamos más,  el agua recorría nuestros cuerpos mientras nos devorábamos, bajé por lo que me merecía, le recorrí el miembro de arriba abajo y rápido salió de la ducha por un condón, mientras yo no dejaba que mi temperatura descendiera dándole gusto a mi clítoris, mojándome no solo con el agua que caía de la regadera, volvió enfundado, me volteó y me penetró, me embistió de lo lindo, pero previniendo un accidente decidimos hacer una pausa para ir a la cama, a medio secar nos enredamos en un delicioso 69 ¡wow! su lengua no parecía inexperta, no pude evitar venirme en su boca, me retiré y seguí comiéndomelo, tampoco pudo resistirse y explotó en mis labios. Y así pasamos a un tercero y cuarto round me cogió en casi todas las posiciones: de a doggy, lo monté, me montó, de vaquerita invertida, de cucharita, nos hablamos sucio y limamos muy rico, se vio que había estudiado muy bien la teoría, me hizo gozar de lo lindo. Acabamos exhaustos, el más que yo…jajaja… quería seguir sacando erecciones y provecho de su inmaculada verga, pero el cansancio nos ganó y dormimos abrazados. Amaneció y el encanto se había acabado, él ya no era virgen y yo ya era toda una maestra, él se graduó con honores y yo disfrute dándole sus diplomas…jajaja…
 Nos acicalamos para empezar un nuevo día y nos despedimos con un tremendo abrazo, beso y apapacho. Regresé al Defectuoso y en el camino reflexionaba en la confesión que me hizo, la razón del porque decidió que ya era tiempo de disfrutar de su sexualidad con alguien más. Su razón muy personal me hizo pensar en que hay que vivir cada día como si fuera el último, la vida cambia en un instante, no digo que no la pasemos cogiendo…jajaja… pero sí que no nos quedemos con ganas de nada. Espero que él haya saciado todos sus ganas conmigo y recuerde con gusto su primera vez como yo lo haré… Porque ya nos tocaba…

¿Tu primera vez? No te creo, me cogiste como todo un experto… Creo que esta vez el alumno superó a la maestra… jajaja…  Felicidades mi graduado… “La vida es aprender siempre, en todas partes y hasta el final”  Y aún queda mucho placer por probar… 

Mil y un besos. 



Perras mamadas

Hace tiempo un chico gordito y bonito (como me gustan) me contrató, nos vimos en el hotel Amazonas y ¡uf! creo aquella vez me tarde en llega...